¿Por qué aunque consigo lo que me propongo sufro o no me siento más feliz?

¿Te ha pasado alguna vez que tras conseguir un objetivo muy deseado, después incluso de haber dedicado mucho tiempo, esfuerzo y sufrimiento, hayas sentido una gran felicidad, pero al poco tiempo todo desaparece? ¿Sientes que para todo lo que has hecho, el globo se ha desinflado rápidamente?.

Te comparto un ejemplo muy típico: tras años de dedicar dinero y energía a la compra de tu casa o algún objetivo material importante y una vez pagado, has perdido incluso la ilusión, ¿te preguntas si ha merecido la pena invertir tanto dinero y esfuerzo en él?

¿Porque conseguir algo tan deseado no nos hace lo felices que nos habíamos imaginado? ¿Porque aún teniendo tantas posibilidades y tantas posesiones, no somos más felices?

• Por un lado vivimos imaginando la felicidad que supondrá llegar o tener el objetivo que deseo, o lo que seré en ese lugar que muchas personas quieren y en muchos casos ni es mi objetivo.

Seguimos deseos de nuestros padres, entorno cercano y en general de la sociedad, buscando su aceptación, agradar, ser reconocidos y valorados, pero ese deseo no es nuestro verdaderamente y lo sabemos una vez lo conseguimos.

• Nos centramos en el resultado monetario, en la posesión material o en el valor social de la meta, por encima del recorrido, y con eso no le damos importancia a la mayoría del recorrido y el tiempo dedicado a ello.

Este enfoque nos lleva a buscar rápidamente otro nuevo objetivo, sin tiempo a disfrutar el que acabamos de conseguir, porque el valor está siempre en el final, no en el camino. Esto nos proporciona breves picos de felicidad al conseguirlo, pero grandes momentos de infelicidad mientras tanto.

• Un gran ejemplo es la compra de tu propia casa. El gran objetivo imaginado por much@s, pues es una de las posesiones que la sociedad más valora (entre otras cosas porque aceptamos creencias como «en caso de que me pase algo ya tengo donde caerme muerto», «ahora que ya tengo un trabajo fijo ya puedo meterme a una hipoteca», «es una inversión de futuro» o «alquilar es tirar con el dinero»). Si llegas a tenerla desde este lugar, no podrás vivir la experiencia porque como lo importante era el tenerla, y no lo que supone en si la casa, incluso al conseguir pagarla, esa ilusión desaparece y tu mente necesita nuevos objetivos, que le hagan volver a ilusionarse.

• Llevamos niveles de estrés muy altos y eso nos lleva a conectar con el miedo y vivir en la mente, en automático, fuera del presente. Si lo continuamos y no ponemos freno, este piloto automático no tiene fin, porque es el modelo que se perpetúa socialmente y es aceptado.

Es importante saber ver que vivimos según los patrones de la sociedad, ponemos el valor en lo que nos dicen de fuera, y como es algo que nos cambian constantemente, no podemos disfrutar de algo mucho tiempo. La sociedad nos lleva a tener, a poseer (y con ello a defenderte de que otros no te lo roben), y desde esa mentalidad, la pelea, la competitividad, el control, la escasez, la tensión y el miedo están presentes en tu vida, no dejando espacio para el disfrute, la facilidad, el impulso, el bienestar,…Porque si lo que eres es lo que tienes y lo pierdes, ¿en que te conviertes? en nada!

Para cambiar esto, es necesario conectar con el sentido común, aprendiendo a encontrar la felicidad en lo cotidiano, en tu día a día, en las pequeñas cosas, y sobre todo, sin que sea siempre asociado al dinero o lo que desde fuera se valora. Sino eres capaz de encontrar la felicidad ahí, tampoco la encontrarás en cualquier posesión o objetivo que puedas lograr.

Si es posible disfrutar del camino, de conseguir que tu día a día sea fácil y de lograr todo esto que de verdad deseas, pero desde un lugar fuera solo de la voluntad personal.

La felicidad consiste en alinear lo que piensas, lo que haces y lo que sientes en cada momento y eso nada tiene que ver con ser o poseer (aunque es el mensaje que constantemente vemos fuera), y se mide en cada momento.

Para llegar ahí, tienes que empezar por dentro, descubriendo tu esencia, tu ser, quien eres en verdad. Eso comienza por diálogos internos honestos contigo misma, por espacios para ti, por momentos enfocados sólo en ti (sin pareja, sin amig@s, sin hijos, sin trabajo,…).

Desde estos momentos, desde las pequeñas cosas, nace una alineación, un impulso, un sentido a vivir desde un lugar de mayor de disfrute, en donde el camino tiene sentido y también la meta, pero sólo como consecuencia natural.

Tu vida tiene sentido solo por ser y la vida es presencia. No hace falta que hagas ni demuestres nada más, para que tengas valor. Si eres capaz de entender esto, podrás comenzar a vivir desde otro lugar, con mejores sensaciones, con más bienestar, disfrutando, conectando con la inspiración, la claridad, desde el sentido.

Es un camino que comienza por un primer paso: querer. Al ponerlo en práctica, experimentarlo paso a paso, llega la convicción de que es posible. Los propios hechos que suceden en tu vida te lo demuestran.

Si quieres aprender a usar la maravillosa energía y herramienta del dinero, creando tus propios recursos y fuentes de ingresos te podemos ayudar de forma personalizada AQUÍ o puedes hacerlo a través de nuestro Curso, a tu propio ritmo AQUÍ

Mensualmente abrimos un Grupo Secreto y Gratuito por Telegram para ayudarte a Resolver los principales conflictos relacionados con el dinero y poder crear la vida que deseas. Puedes apuntarte AQUÍ

Un abrazo,

David y Eva

www.economiadevida.com